1919-1920: "Segundas partes nunca son buenas" (dicho popular) PARTE 3
por Jorge Enrique Etchevarne
VIENE DE LA PUBLICACIÓN ANTERIOR
Carlos Nicandro Paz y su controversial Jefatura Política 1919-1920
UNA PRETENSIÓN INACEPTABLE
A mediados de agosto de 1919,
Contaduría General de la Provincia le informó al Ministerio de Gobierno que
Carlos Paz no había hecho efectivo, en tiempo y forma, el depósito de garantía.
Se trataba de una suma de dinero exigida
a los funcionarios que administraban bienes del Estado, entre ellos, los jefes
políticos y sus secretarios.
Esta garantía estaba reglamentada y los
designados debían hacerla efectiva en la oficina correspondiente, antes de
asumir sus cargos.
La aplicación de la norma era
discrecional, ya que solo algunas personas eran alcanzadas por ella, en
particular, aquellas que no reunían antecedentes en la función pública, o bien,
portaran valores públicos,, tales como los Receptores de Rentas (recaudadores
de impuestos).
En caso que los funcionarios
designados carecieran de solvencia económica, podían recurrir a una tercera persona
que saliera de garante.
De acuerdo al informe de Contaduría,
Carlos Paz debía dejar en caución la suma de 5.000 pesos, que en esa época eran
equivalentes al precio de un automóvil lujoso.
En consecuencia, poca gracia le debe
haber hecho a este, recibir una nota del Subsecretario de Gobierno, Miguel
Rodríguez De La Torre, fechada el 20 de agosto
de 1919, en la cual le recuerda su situación irregular y lo invita a completar el trámite.
Carlos Paz dejó transcurrir varios días
antes de responder, un comportamiento inusual en él, ya que solía contestar de
inmediato la correspondencia oficial. No caben dudas que tal demanda la
consideró impropia y hasta ofensiva.
¡Justamente a él!, amigo personal de
Cárcano, fiel partidario de la causa demócrata, con impecables antecedentes en
la función pública, le venían con esta exigencia.
Es de suponerse que estuvo cavilando durante
varios días sobre el asunto, hasta que, el 30 de agosto le escribió al doctor Rodríguez
De La Torre, dejando en claro su postura al respecto:
[…]
Atento a su nota de fecha 20 del corriente en la que me comunica que Contaduría
General exige se haga efectiva mi fianza personal por la cantidad de $5000, me
es grato manifestarle que esta actitud me crearía una situación incómoda y
molesta. Hasta hoy, en mis asuntos públicos o privados, no he solicitado de un
tercero garantía pecuniaria, ni moral, por lo tanto. señor subsecretario, si
Contaduría persiste en su resolución, sentiría mi dignidad y honradez ofendida,
y pondré en sus manos la renuncia del puesto que desempeño. […]
Aparentemente, la respuesta terminante
de Carlos Paz surtió, efecto, porque no volvieron a reclamarle la garantía.
No obstante, quedó en claro que, en esta gestión, a diferencia de la primera, no las tendría consigo; sumaban muchos los reveses administrativos.
LA DISPUTA POR EL REGISTRO CIVI
Uno de los asunto del que Carlos
Paz quiso ocuparse, ni bien asumió la Jefatura Política, fue el traslado deL Registro
Civil de San Antonio de Arredondo.
La creación de esta oficina había sido
gestionada por Ramón Carranza en 1918, aprovechando su relación con legisladores
radicales, y desde enero de 1919 estaba a su cargo.
Es muy probable que esta iniciativa
haya molestado a Carlos Paz, quien consideraba que esa dependencia debía estar
en su villa y no en la población vecina. La existencia de una oficina pública sumaba
prestigio y era considerado un factor de progreso, allí donde se instalase.
La decisión estaba tomada, pero para
lograr su traslado de un lugar al otro, primero había que justificarlo. Una
medida de tal naturaleza requería del aval del Director General del Registro
Civil, quien dependía a su vez del Ministerio de Gobierno.
O sea, el trámite debía recorrer
un camino administrativo alejado de las
funciones del Jefe Político. Carlos Paz, en todo caso, podía sugerir el
traslado de la oficina, pero una recomendación en tal sentido lo expondría a
las críticas despiadadas de sus adversarios políticos y los pobladores del sur
de Punilla.
Por lo tanto, no sería, sino los
vecinos de su pueblo, quienes solicitarían la mudanza. Carlos Paz confió, una
vez más, en el infalible “reclamo popular”, que siempre hace mella en el ánimo
de los gobernantes.
Para ello, el 12 de junio de 1919, cuando aún no había transcurrido un
mes en su cargo, redactó una carta dirigida al Director del Registro Civil de
la Provincia, Miguel Ángel Escalera, la que hizo firmar por treinta vecinos de la
villa, casi todos empleados suyos en su Estancia.
La carta estaba fechada en “San Roque”,
denominación que no era utilizada por Carlos Paz en su correspondencia postal y
telegráfica, ya que desde el primer día
como asumió funciones, siempre se refirió a su lugar de residencia como “Villa
Carlos Paz”, determinado a imponer este nombre en la documentación oficial.
Encabezada así, parecía desvincular a
Carlos Paz de su autoría. Sin embargo, los caracteres tipográficos se correspondían
con los de su máquina de escribir; y el
estilo literario era de su innegable Ls vecinos que la suscribían, solicitaron al
Director Escalera el traslado del Registro Civil situado en San Antonio de
Arredondo, para llevarla a San Roque.
Justificaron su pedido en el escaso movimiento que
registraba esa oficina desde su creación, y en el hecho de que San Roque era una
población mucho más importante por su número de habitantes y localización.
Ciertamente, el Registro Civil de San
Antonio tenía poco trabajo, pero su zona de influencia abarcaba todo el sur de
Punilla, evitando que la dispersa población de la Pedanía Santiago, y aún la de Villa Carlos Paz, se viera
obligada a desplazarse hasta Tanti, mucho más distante.
Recibida la nota, el señor Escalera
elevó al Ministro de Gobierno, Félix Sarría, la solicitud de los vecinos de San
Roque, con opinión favorable al traslado.
No
obstante, le hizo saber que la oficina de San Antonio había sudo creada
por Ley Nº 2356, promulgada el 6 de septiembre de 1918.
Esta no era una observación menor. El
traslado de esa oficina no dependía de una resolución administrativa del
gobernador; una ley sancionada por la Legislatura solo puede ser modificada o
anulada mediante otra norma de igual jerarquía. Al menos ese esel procedimiento.
Cualquiera haya sido la evaluación
hecha por el ministro, lo concreto es que, el día 7 de julio de 1919, el
gobernador firmó el Decreto Nº 4664
ordenando el traslado del Registro Civil de San Antonio de Arredondo a San Roque, según la voluntad de los vecinos
de esta última población.
Pero tres semanas después, el 28 de
julio, el gobernador emitó el Decreto Nº 4777, derogando el anterior del 7 de
julio. ¿Qué pasó entre ambas fechas?.
Aquí solo cabe especular pues no se han
localizado documentos probatorios. Podría haber ocurrido que algún funcionario del
Registro Civil, o el mismo Director Escalera, advirtiese el error procedimental
cometido al emitir el Decreto ordenando el traslado y se lo hiciera saber al
ministro.
Otra posibilidad, es que el gestor y
jefe del Registro Civil de San Antonio, Ramón Carranza, haya presentado una
queja ante el Director Escalera, o que,
incluso, haya recurrido a sus contactos políticas para conseguir que se diera
marcha atrás con la decisión de trasladarlo.
Seguramente, la respuesta de lo que
realmente pasó, nunca se sabrá; pero el hecho cierto fue, que no volvió a
tratarse el tema, al menos en los términos planteados.
En las siguientes semanas, Carlos Paz
estuvo ocupado en resolver el “Caso Jaime” y dejó de lado los asuntos menos
urgentes, pero, superada la crisis policial, retomó la iniciativa, aunque esta
vez, con otro cariz.
En una jornada que parecía
inspiradora, el mismo día que rechazó el planteo de Contaduría acerca de su
garantía, Carlos Paz redactó una nota al ministro Sarría, no ya para trasladar
la oficina del Registro Civil de San Antonio, sino para cerrarla
definitivamente.
En su nota, fechada el 39 de agosto de
1919, Carlos Paz reveló su, ya, no disimulada
intención de dejar a San Antonio de Arredondo sin su Registro Civil.
En un texto breve, y sin aludir al frustrado
traslado solicitado tiempo antes por los
“vecinos” de San Roque, hizo notar que la disputada oficina “presta escaso servicio” desde que fue
creada, estimando que “debe declararse
vacante por razones de economía”; es decir, sugirió cerrarla con una justificación
poco sustentable.
Los registros civiles de la provincia funcionaban
en el domicilio de los encargados de estos, salvo en aquellos lugares donde
existiese una sede administrativa departamental.
En el caso de Punilla, la sede
administrativa estaba en Cosquín, cabecera del Departamento, y en ella se
encontraban la jefatura política, la comisaría con su calabozo, el juzgado de
Paz y el Registro Civil.
La “oficina” de San Antonio de
Arredondo ocupaba tan solo un cajón del mueble escritorio que Ramón Carranz tenía
en su casa, donde guarda los libros de
actas y la documentación que le enviaba la Dirección. No había gastos fijos,
como solían ser los alquileres de locales para las escuelas.
Por lo tanto, no habría ahorro
significativo de fondos públicos con la clausura del Registro Civil de de esa
localidad. Solo se haría economía con el sueldo del señor Carranza, por cierto,
bastante magro.
Entonces ¿Por qué Carlos Paz recomendó
tan drástica medida? ¿Acaso no tuvo en cuenta las necesidades de los habitantes
de su villa y de los pueblos vecinos, a quienes él, como funcionario público,
debía servir del mejor modo?
¿Ignoraba Car Paz el perjuicio que su
decisión acarrearía?
Por supuesto que no, pero al parecer,
solo le importaba su deseo de privar a sus adversarios políticos de un logro
que él no había conseguido.
Tal vez apostó a reclamar la apertura
del Registro Civil en su pueblo más adelante. Quién sabe. De cualquier manera, su
determinación no estuvo exenta de cierto egoísmo.
Por su parte, ante una situación que
le resultaba intolerable, hacia fines de octubre de 1919, Ramón José Carranza renunció
al cargo, y en su reemplazo fue designado el señor Arturo López.
De alguna manera, Carlos Paz había
ganado la partida.
Finalmente, el 11 de febrero de 1920,
el gobernador Núñez firmó el Decreto Nº 5734, declarando vacante el cargo de
Jefe de Registro Civil de San Antonio de Arredondo, por razones
presupuestarias.
En otras palabras, el Poder Ejecutivo
no podía trasladarlo ni cerrarlo debido a que su creación devenía de una ley,
pero sí era posible privarlo de presupuesto, y así, en la práctica, dejaba de
funcionar. Es decir, que solo existiese en los papeles.
Y aquí termina esta breve historia que
nos advierte, por si hiciese falta, que las consecuencias de las disputas políticas
las termina pagando toda la sociedad.
A partir de abril de 1920, los
pobladores del sur de Punilla se vieron obligados a trasladarse hasta Tanti o
Cosquín cuando necesitaron registrar los eventos familiares, lo que significaba
en algunos casos, recorrer 30 ó 49 kilómetros.
Y así fue hasta 1937, cuando Villa
Carlos Paz tuvo su propio Registro Civil.
CONTINUARÁ
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