1895: Un huésped ilustre en Capilla del Monte
José Evaristo Uriburu de vacaciones en Punilla
por Jorge Enrique Etchevarne
Esta es una historia que, de no mediar el hallazgo fortuito de una breve noticia
publicada en un viejo diario santafesino, se habría perdido en el olvido. Seguramente carece de importancia para los biógrafos de personalidades destacadas de nuestra historia nacional, pero sí la tiene para los interesados en rescatar hechos y protagonistas de la historia local.
Se trata de un viaje que realizó a nuestras sierras el Presidente de la
República, José Evaristo Uriburu, en diciembre de 1895.
No fue un viaje oficial, ya que Uriburu se encontraba apartado de sus
funciones. En los meses anteriores había contraído una enfermedad pulmonar, de
la cual se estaba recuperando, aunque muy lentamente.
En estas circunstancias, el general Julio Argentino Roca ─que era titular
del Senado y ejercía provisoriamente la presidencia─, le aconsejó tomarse unas
vacaciones en las sierras de Córdoba, pues, como bien sabía el influyente
militar, nuestra región se caracteriza por gozar de un clima benéfico para
tratar afecciones respiratorias.
En esa época, las sierras de Córdoba ya eran visitadas por enfermos con
patologías respiratorias, y que contaban con recursos económicos suficientes para
permanecer en ella un tiempo prolongado, convencidos de que el clima ayudaría a
restablecer su salud, y aún podría curarlos.
El lugar recomendado por el general Roca para descanso del doctor Uriburu fue
Capilla del Monte, un tranquilo pueblo de 800 habitantes (Censo Nacional de
1895), localizado en el norte del valle de Punilla, desplegado al pie del
cerro Uritorco.
Aquí, el año anterior, se había inaugurado el “Gran Victoria Hotel”, un establecimiento
de categoría que estaba a la altura de la investidura presidencial.
Roca lo habría conocido personalmente durante una gira que realizó por
Punilla en marzo de 1894.
EL PROGRESO DE PUNILLA
Hacia fines del siglo XIX todo era progreso en el valle de Punilla. En poco
tiempo, se habían conjugado dos obras de ingeniería que transformaron el
paisaje, y que cambiarían para siempre el modo de vida de sus habitantes.
En primer lugar, el dique San Roque y su hermoso embalse, que en 1895 llevaba
cuatro años de funcionamiento; y que a pesar de que su construcción estaba
envuelta en polémicas y cuestionamientos, era, sin duda, la obra pública de
mayor importancia de la época.
Las aguas del río Primero, antes indómitas y caprichosas, habían sido
reguladas y encausadas para el riego de las fincas frutihortícolas de “los
altos” que rodeaban la capital, e hizo posible el desarrollo de su trama urbana.
A su vez, el embalse que se había formado con el represamiento de las
aguas, se convirtió en una atracción turística que convocaba infinidad de visitantes.
Pero la gran transformación del valle de Punilla se produjo cuando fue construida
la línea ferroviaria entre Córdoba y Cruz del Eje.
Con el ferrocarril llegó el progreso a esta zona postergada de la provincia,
cuya economía, hasta entonces se basaba en la ganadería rústica, alguna producción
frutihortícola, y la explotación ninera.
Los malos o inexistentes caminos dificultaban movilizar sus riquezas, y la
falta de comunicaciones la mantenían en un relativo aislamiento.
Pero desde 1892, cuando se completó la unión de los rieles del Ferrocarril
de Córdoba al Noroeste (FCCNA), los trenes hicieron posible que los lentos y
fatigosos viajes a caballo o en coches de tiro, que insumían toda una jornada de
marcha para llegar a la Capital, fuera posible hacerlos en apenas un par de horas
y con toda comodidad.
El transporte de mercaderías, materiales de construcción, rocas de
aplicación, etc., entre la región noroeste y la Capital se hizo dinámico y multiplicó
su frecuencia. Y el telégrafo, que vino con el ferrocarril, puso fin a la
incomunicación.
Pero el ferrocarril no solo fue transporte y comunicaciones; también fue hito
fundacional de nuevas poblaciones, tales como La Falda, Valle Hermoso y La Cumbre,
por nombrar unas pocas.
Se dieron así las condiciones para el fomento y desarrollo del turismo, una
actividad de esparcimiento social que iba en ascenso, aunque en esa época, solo
era accesible a unos pocos.
TURISMO Y SALUD
A pesar de las recurrentes crisis políticas y económicas que azotaron el
país, hacia fines del siglo XIX se había consolidado una clase social enriquecida
que demandaba productos y servicios de calidad.
Cuando llegaba el estío, este sector social privilegiado, integrado por familias
de profesionales, industriales y comerciantes, escapaba de la calurosa ciudad
para refugiarse en los rincones serranos de su preferencia, donde solían permanecer
todo el verano.
En la década de 1880 los lugares elegidos eran La Calera, Saldán,
Unquillo y Río Ceballos, entre otros; es decir, lo que hoy conocemos como “el
corredor de las sierras chicas”.
En la década siguiente, este éxodo se replicó en el valle de Punilla, donde
el paisaje estaba enmarcado por la inmensidad de las Sierras Grandes, pululaba
la vida silvestre en bosques frondosos, los ríos y arroyos eran más caudalosos,
y, sobre todo, había algo intangible que no se veía pero que se supo vender muy
bien: “aire puro”.
El convencimiento de que el clima de las sierras podía curar, o al menos
mitigar, enfermedades infecto-contagiosas, movilizó recursos del Estado para crear
las llamadas “estaciones climatéricas” que se instalaron en distintos lugares.
El turismo, asociado a esta idea de salubridad, comenzó a fluir hacia nuestras sierras, aun antes de la construcción del ferrocarril. Los veraneantes ─salvada la peligrosa “Cuesta de San Roque”─, podían llegar con cierta facilidad hasta Cosquín, ya sea utilizando carruajes propios o de mensajerías.
Desde allí en más, el camino que llevaba al norte estaba, por lo general,
en mal estado de conservación; y además, los viajeros, antes de continuar su
marcha, debían vadear el cauce del río Cosquín sobre un precario puente de
tablones de madera unidos por rieles, que durante la época de lluvias
permanecía semisumergido en el torrente del río; la perspectiva de cruzarlo no dejaba de ser intimidante.
La Villa de Cosquín era, por lo tanto, el sitio veraniego más accesible y
concurrido del valle de Punilla, donde familias procedentes de distintos puntos
del país ─principalmente del litoral─, convergían cada año para pasar aquí sus
vacaciones, instaladas en casas de pensión y hospedajes familiares.
TODO CAMBIA
Cuando se supo del proyecto para construir el ferrocarril de Córdoba al
Noroeste, avispados inversores advirtieron inmediatamente el enorme potencial que
tenía el valle de Punilla para desarrollar emprendimientos relacionados con el
turismo, en particular la Hotelería.
Entonces compraron fracciones de campos que habían integrado las antiguas estancias,
y en lugares privilegiados, ya sea por sus vistas panorámicas o su fácil acceso
a los ríos y arroyos, construyeron en poco tiempo establecimientos emblemáticos.
Uno de estos pioneros fue el constructor italiano Agustín Marcuzzi, quien luego
de levantar la estación ferroviaria de Cosquín como contratista, edificó frente
a ella un verdadero hotel, el “Mundial”, habilitado en 1894.
Desde la llegada del primer tren (23 de diciembre de 1891), Cosquín,
antiguo “pueblo de indios” y luego pequeña villa veraniega, se convirtió en un
importante destino turístico.
Pero el progreso no se detuvo en Cosquín. Al
norte, el modesto pueblo de Capilla del Monte despertó de su letargo y se sumó
a la transformación que se estaba operando a lo largo del valle de Punilla.
En su
magna obra “Geografía de la Provincia de Córdoba” (Publicación Oficial,1905) de
Manuel Rio y Luis Achával, quienes habían
pasado por Capilla del Monte unos años antes, describieron la evolución del
pueblo de esta manera:
Capilla del Monte. Estación de F. C.: 110 km. de Córdoba). Es otra de las
localidades sanitarias y veraniegas afamadas de la Provincia, y una de las que
han progresado más rápidamente. Su situación es muy pintoresca, sobre colinas y
arroyos, en frente de la eminencia más elevada de la Sierra Chica, el Cerro
Uritorco. Tiene varios grandes hoteles, instalados con todo género, de
comodidades, elegantes chalets, vegetación abundan te, viñedos de importancia,
y, por otra parte, Municipalidad, capilla, escuela, subcomisaría, correo y
telégrafo.
EL GRAN VICTORIA
HOTEL
En 1894 se inauguró en Capilla del Monte un gran hotel, prvisto de todas
las comodidades y adelantos de la época, tales como baños privados con agua
caliente; era el “Gran Victoria Hotel”, perteneciente al matrimonio Juan y
Cristina Burghers
Se adelantó, por algunos años, a otro establecimiento que se haría famoso
también por sus huéspedes: el “Hotel La Falda”, luego “Edén Hotel”, habilitado
en 1897.
Pero en 1895, el “Gran Victoria Hotel” era el más grande y mejor del valle
de Punilla. Y es aquí donde Uriburu estuvo alojado por casi dos meses con su
familia y allegados.
Su presencia y lo que hizo ─aunque, en definitiva, poco sabemos─, es una historia
recuperada para Punilla, y, sobre todo, para Capilla del Monte.
Uriburu se convirtió ─sin pretenderlo ni saberlo─, en el primer Presidente
de la Nación que viajó en el “Tren de las Sierras”; y a la vez, en uno de los
primeros enfermos de notoriedad que buscó restablecer su salud en el valle de
Punilla, marco geográfico donde años después serían tratados los enfermos de
tuberculosis.
El itinerario de su viaje y de su estadía en nuestras sierras, pudo ser
reconstruido a partir de diversas crónicas periodísticas publicadas en la
prensa de Buenos Aires, Rosario y Córdoba. He aquí la historia:
EL PERIPLO DE UN PRESIDENTE
Dado que Uriburu estaría alejado de la Capital Federal durante su permanencia en Capilla del Monnte, debía contar con la autorización del Congreso Nacional, formalidad que fue aprobada el 3 de diciembre de 1895, otorgándole licencia por 60 días.
Diciembre 3: La Cámara de Diputados aprueba la licencia solicitada por el Presidente Uriburu para ausentarse 60 días de la Capital Federal y trasladarse a Córdoba para tratar su convalecencia. (Diario de Sesiones de la Camara de Diputados de la Nación, 3 de diciembre de 1895).
Diciembre 4 - Muchas
personas de su amistad se acercaron a su domicilio para despedirle y expresarle
sus buenos deseos. También lo hizo el Arzobispo de Chile, monseñor Mariano Casanova,
que se encontraba en Buenos Aires y con quien Uriburu había trabado especial
amistad cuando fuera embajador ante el gobierno trasandino en 1891. (“La
Prensa”, Buenos Aires, 5 de diciembre de 1895).
Monseñor Casanova le prometió visitarlo en Capilla del Monte durante su gira por el interior de nuestro país, prevista para los siguientes días; promesa que no pudo cumplir ya que el religioso debió retornar imprevistamente a su patria.
Diciembre 5 - Uriburu
y sus acompañantes abordaron el tren especial del Central Argentino que lo
conduciría hasta la ciudad de Córdoba. El diario “La Prensa” lo informó así:
Buenos Aires, 5 de diciembre de 1895
Viaje del doctor Uriburu
“Para las 10 1/2 de 11 mañana de hoy ha señalado el doctor Uriburu su
partida con dirección a Capilla del Monte.
El Presidente de la República tomará en la estación del Retiro el tren
especial en que ha de hacer el viaje, acompañándole en el trayecto el secretario
privado, doctor Ernesto Bosch, el señor Maschwitz, el doctor Valdés y el edecán
señor José Uriburu.
Ayer, durante todo el día, numerosas personas de la amistad y relación del doctor Uriburu acudieron a saludarle y desearle un feliz viaje, pronta y completa convalecencia. Entre otros le visitaron el general Roca y todos los ministros, arzobispo de Chile, general Mitre y muchos senadores y diputados.”
En el viaje que emprendió esa mañana, además de su familia, lo acompañaban
su secretario privado, Dr. Ernesto Bosch; su médico personal, Dr. Valdés; el ingeniero
Carlos Maschwitz; y su Edecán, el teniente José Uriburu.
Despidieron al mandatario en la estación de Retiro el general Julio A. Roca, y los ministros del Interior, de Relaciones Exteriores, y de Justicia; ministros de Chile y de la República Oriental del Uruguay; el secretario de la Legación boliviana; y gran número de caballeros, diputados y amigos particulares del doctor Uriburu.
Diciembre 6 - Los
viajeros llegan a su primer destino. Alrededor de las 6 de la mañana la
formación entró en la estación Córdoba.
Diario “El Municipio” de Rosario, 7 de diciembre de 1895
“Córdoba, diciembre 6 – Llegó el doctor Uriburu después de un viaje
realizado con toda felicidad. En la estación lo esperaban el gobernador, los
ministros, y muchos senadores y diputados. El doctor Uriburu conversó con
todos, demostrando así el buen estado de ánimo. Los acompañantes del presidente
se diseminaron por la ciudad, visitando sus establecimientos principales.
Después de un ligero almuerzo, los viajeros siguieron viaje. El tren que los
conduce se demoró algunos minutos en Cosquín, para llegar a Capilla a las cinco
y cuarto de la tarde. El gobernador se halla ligeramente indispuesto.
Capilla es un lindo pueblo ubicado en una de las sierras más pintorescas de
la provincia de Córdoba, paraje indicado por el general Roca al presidente
cuando se trató de que este saliera de la Capital Federal para conectarse en
parte el haber sido desalojado de la Presidencia.”
La noticia difundida por el diario rosarino habla de un viaje “realizado
con toda felicidad”, aunque esta aseveración debe entenderse como “un viaje realizado
sin inconvenientes”, porque el doctor Uriburu no se encontraba nada feliz al
llegar a Córdoba; sufría de malestares que le obligaron a permanecer en su
camarote hasta lograr cierta mejoría.
A las 5 y media de la tarde, Uriburu
y sus acompañantes abordaron un tren especial del Ferrocarril de Córdoba al Noroeste
(FCCNA) que los llevaría hasta Capilla del Monte.
Era la primera vez que un Presidente en ejercicio (aunque
circunstancialmente con licencia) viajaba en el “Tren de las Sierras”. Los
viajeros fueron despedidos por los funcionarios provinciales y el tren partió.
Al llegar a la altura del dique San Roque, el Presidente hizo detener el tren
para conocer la grandiosa obra hidráulica.
Las exclamaciones de admiración de los viajeros al contemplar el enorme
murallón del dique y su embalse, no cesaron en todo el tiempo que duró la permanencia
de los visitantes.
La nota de color la protagonizó el sombrero del Presidente que, arrebatado por una ráfaga de viento, fue a parar a las aguas del embalse. El capitán de un vaporcito que estaba amarrado en el muelle del duque, acudió rápido a su rescate, y así volvió a prestar servicio a su dueño. (“La Patria”, Córdoba, 7 de diciembre de 1895).
La formación continuó su marcha, ingresando al valle de Punilla camino al norte. Hizo una breve parada, esta vez en Cosquín, donde Uriburu fue saludado por los vecinos que aguardaban su paso en el andén de la estación. (“El Municipio”, Rosario, 7 de diciembre de 1895).
Cuando el telón rojizo del ocaso anunciaba el final de la agitada jornada, los viajeros llegaron a Capilla del Monte y se alojaron en el Gran Victoria Hotel, donde todo estaba preparado para recibirlos.
Diciembre 12 – En
una entrevista realizada al Dr. Valdez en Capilla del Monte, el médico de
cabecera del Presidente aseguró que su paciente había hecho el viaje desde
Buenos Aires em las mejores condiciones posibles, y quie este lo había
soportado sin queja. También dijo que, desde su llegada a Capilla del Monte, se
advierte el beneficioso efecto que ha hecho el aire de las sierras en la salud
del Presidente, notando que ha recuperado el sueño y el apetito.
El doctor Valdez
también se manifestó muy bien impresionado por la calidad de las instalaciones
donde Uriburu se encuentra alojado, y consideró que a medida que pase el tiempo
y su estado de salud le permita hacer excursiones, su recuperación será notable
(“La Prensa”, Buenos Aires, 12 de diciembre de 1895).
Diciembre 17 – En
la prensa de Buenos Aires se difunden noticias referidas a la salud del Dr.
Uriburu, traídas por su secretaria privado, el Dr. Ernesto Bosch, quien había
regresado de Capilla el Monte el día anterior. El diario “La Prensa” publicó:
“El Dr. Uriburu adelanta rápidamente en su restablecimiento, reponiendo
completamente las fuerzas perdidas y habiendo retomado ya su animación
habitual. A tal punto se halla mejorada, que se proponía emprender en esta
semana diarias excursiones a los alrededores, visitando a caballo aquellos pintorescos
lugares. De todos modos, el Dr. Uriburu
permanecerá en su actual residencia hasta que haya desaparecido el más ligero
vestigio de la enfermedad que ha sufrido.” (“La Prensa·, Buenos Aires, 17 de
diciembre de 1895).
Año 1896
Enero 1º - No se reciben noticias desde Capilla del Monte, pero se estima que Uriburu y su familia fueron principales protagonistas de la celebración de las fiestas de fin de año.
Enero 9 - Uriburu
adelanta a los cronistas de prensa que, entre el 20 y 25 de enero, emprendería
el regreso a la Capital Federal, no sin antes detenerse uno o dos días en la
ciudad de Córdoba para recorrerla, ya que hacía muchos años que no la visitaba.
No obstante, personas
allegadas con funciones en el Gobierno nacional le sugirieron que permaneciera
en Capilla del Monte hasta su completo restablecimiento, dado que no había en
esta época asuntos de urgencia que requieren su atención.
Mientras tanto, continúa realizando excursiones a distintos puntos de las sierras cercanas a Capilla del Monte (Diario “La Prensa”, Buenos Aires, 10 de enero de 1896).
Enero 12 - Uriburu sale
por primera vez dee Capilla del Monte desde su llegada. y viaja hasta Cosquín.
Aunque la crónica
no lo menciona, es casi seguro que su visita fue anticipada al Jefe Político
departamental, ya que Cosquín es cabecera administrativa del Departamento
Punilla.
Ante la numerosa
concurrencia que se había congregado para recibirlo, Uriburu manifestó su
complacencia por los progresos de esta villa, su bello entorno, y el creciente número
de familias que veraneaban allí.
Al atardecer, Uriburu regresó a Capilla del Monte, diciendo que tenía intenciones de extender su estadía en nuestras sierras hasta fin de enero.
Enero 15 - Cartas despachadas desde Capilla del Monte dan cuenta de que el mandatario muestra una rápida y favorable evolución de su estado de salud, manifestando que, tanto él como su familia, se encuentran muy cómodos en el Hotel Victoria, donde reciben toda clase de atenciones y nada falta (Diario “La Patria”, Córdoba, 16 de enero de 1896).
Enero 17 - Demostrando su buen estado de salud, Uriburu continúa realizando paseos por los alrededores del pueblo y sitios de interés turístico (Diario “La Patria”, Córdoba, 18 de enero de 1896).
Enero 18: Uriburu envía un telegrama al gobernador de la provincia poniéndole al tanto de su recuperación, la que adjudica al benéfico clima de nuestras sierras. (Diario “La Patria”, Córdoba, 19 de enero de 1896).
Enero 20: Viajeros procedentes de Capilla del Monte confirman que Uriburu realiza diariamente cabalgatas, acompañado por su esposa y sus dos hijas (“La Patria”, Córdoba, 21 de diciembre de 1895).
Enero 29: Ante el aviso telegráfico de que Uriburu decidió finalizar su estadía en Capilla del Monte y regresar a la Capital Federal, en horas de la tarde se despacha un tren especial para buscar al Presidente y a sus acompañantes.
Enero 30 - A las 5 p.m., llega a Córdoba el tren que trae al Dr. Uriburu. En la estación ferroviaria lo esperaban el gobernador Figueroa Alcorta, el obispo diocesano y su secretario; los ministros de Gobierno y de Hacienda, doctores Vivanco y Posse; el Sub-intendente de Policía, señor Machado; el señor Boquet Roldán; el diputado nacional Dr. Almada; el señor Heraclio Román, y otras personas.
Además de su esposa
y sus dos hijas, acompañaban al Presidente su secretario privado, Dr. Bosch, y
otras personas.
Aunque Uriburu se
manifestó, por enésima vez sobre su estado de salud, asegurando de se estaba
completamente restablecido, los periodistas dejaron trascender que lo notaron algo
fatigado.
Seguidamente, el los viajeros fueron alojadas en el Hotel San Martín. Luego, Uriburu, acompañado por Figueroa Alcorta, fue llevado a recorrer la ciudad,.visitando los lugares más emblemáticos.
Se detuvo en la plaza General Paz, admirando la estatua del vencedor de San
Roque, La Tablada y Oncativo. Luego visitó el teatro Rivera Indarte, que recorrió
detenidamente.
El paseo continuó por
el Parque Crisol y el antiguo Paseo Sobremonte, el que Uriburu había conocido
20 años atrás, con álamos y sauces que ahora estaban añosos.
Admiró el monumento
al doctor Dalmacio Vélez Sarsfield y recorrió varias calles y sitios que le
eran conocidos y le traían gratos recuerdos.
Al día siguiente visitó la Academia de Ciencias, la Universidad de Córdoba
y algunos templos. También el gobernador le mostró el flamante dique para
regatas que se había construido en el curso del río Primero, a la altura de la
calle Rivera Indarte
Uriburu no concedió entrevistas a los cronistas de prensa que seguían sus
desplazamientos, pese a la promesa en tal sentido que había hechos Figueroa
Alcorta (“La Patria”, Córdoba, 31 de enero de 1896).
Febrero 1º – Los viajeros regresan a Buenos Aires. El Presidente y su familia se instalan en su residencia de Quilmes.
Febrero 4 – El general Roca, aun ejerciendo interinamente la primera magistratura, visita al doctor Uriburu en Quilmes para arreglar el traspaso de mando (“La Prensa”, Buenos Aires, 4 de febrero de 1896).
Febrero 6 – La prensa difunde la noticia de que Uriburu se haría cargo de la Presidencia el sábado 8 de febrero (“La Prensa”, Buenos Aires, 6 de febrero de 1896).
Febrero 8 – Uriburu se hace presente en la Casa de Gobierno para entrevistarse con el general Roca, acordando que asumiría el mando el lunes 10 de febrero.
Febrero 10 – El
Presidente Uriburu acude a la Casa de Gobierno para asumir el mando. Lueogo permaneció
en su despacho durante varias horas, recibiendo la visita de varias personas. Más
tarde se dirigió a la estación del Ferrocarril Sud y abordó el tren de las 5 y
media con destino a Quilmes, donde poseía una residencia (“La Prensa”,
Buenos Aires, 11 de febrero de 1896).
º º º º º º º º º º º
Se agradece la inestimable
colaboración para realizar este trabajo, a las siguientes personas:
- Héctor Decándido, administrador del sitio web “Caminos y Pueblos”, quien realizó la búsqueda de información en el diario on-line “El Municipio” de Rosario de Santa Fe, de 1895 a 1896.
- Alfonsina Panatteri, encargada del Archivo Documental y Hemeroteca de la Universidad Nacional de Córdoba, quien me facilitó el acceso a las publicaciones del diario “La Patria” de Córdoba, de la misma época.
- Marta Zanutti y su equipo de trabajo, de la Hemeroteca del Congreso Nacional, quienes realizaron la búsqueda y envío de publicaciones del diario “La Prensa” de Buenos Aires.
- María Elsa Peroni, de la Junta de Historia de Cosquín, por su aporte documental.
-
Oscar
Herminio Herrera Gregorat, diseñador gráfico, autor del sitio web “Córdoba de
Antaño” y sus grupos de Facebook, que se encarga de la edición de imágenes y
textos de mis trabajos.
NOTA DEL AUTOR
Cuando estaba a
punto de concluir la redacción de esta crónica, tomé conocimiento de la
existencia del libro titulado “Casos y cosas del viejo Cosquín”[1], cuyo
autor es el prestigioso historiador Efrain Bischoff, quien también aborda el
viaje del Presidente Uriburu a Capilla del Monte y su visita a Cosquín en enero
de 1896. (Pág. 67 “Un Presidente en las sierras”)
Bischoff, al igual
que hice yo, tomó como fuente de información las publicaciones del diario “La
Patria” de Córdoba, correspondientes a esa ápoca.
Por este motivo, los
lectores encontrarán similitudes de contenido entre ambos trabajos; salvando
las distancias, por cierto, ya que mi aporte está lejos de la magistral pluma
del historiador cordobés.
No obstante, mi crónica
“Vacaciones de un Presidente” contiene episodios que Bischoff no incluyó en su libro,
las que he recogido de otras fuentes de información.
En contrapartida,
Bischoff narra los pormenores de la visita presidencial a Cosquín, brindando
detalles que mucho ha estudiado.
Como resultado, ambos escritos no se contraponen, sino que se complementan para enriquecer la historia que se pretende rescatar.
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